Una caja negra se asoma
y en su interior un misterio esconde,
el titiritero, la estrella
un protagonista, un actor,
por el borde se asoma...
Y apareces tú, tan bella.
La protagonista del acto, la estrella.
Y te bailas tú, creyendo razonar,
creyendo que tienes voluntad.
Y tú muñeca manipulada,
no descubres tus hilos de plata...
Y tú muñeca te mueves sin razonar,
no te das cuenta del acto que has de protagonizar,
no comprendes que es él
el que te utiliza, muñeca de papel...
Pobre muñeca que baila sin parar,
creyendo que es la más bella,
pensando que el titiritero la quiere,
pues es la única muñeca que tiene...
Y bailas sin ver los hilos de plata que te envuelven,
todo es parte de un acto que no entiendes.
Y no ves... no quieres ver...
que luego de tu acto protagonista,
luego de tu baile estelar,
a la caja negra vas a parar
mientras el titiritero escoge otra artista
que lo llena a escondidas de tu ingenua mente,
mientras tú no estás presente.
Y tu muñeca utilizada,
te encierras en ti misma, defraudada.
Comprende de una vez que es él
el que te utiliza, muñeca de papel...
