Cada quien aprende de sus deslices
los míos: la diferencia de matices,
eso de que un día sí, y al otro no recuerdo.
eso de que una vez quiero, al otro me tormento.
Y entiendo. Sé que con las variaciones se hiela el pensamiento.
Y aún así… ¿Qué puedo hacer?
Sé que con los deslices se desvía el enamoramiento.
¿Cómo hacer para que entiendas,
que decidí que mi vida era contigo,
que resolví que no era por un tiempo.
¿Cómo hacerte cambiar ese descontento?
Y trato. Aunque no lo entiendas trato.
Y entiendo. Aunque lo repita, lo entiendo.
Que si ya no sonríes como antes,
que si ya no me miras de la misma forma
es porque de cierta formas tu piensas: “ya no lo siento”.
No te juzgo. No.
Si al final de la llamada no dices lo mismo que yo.
Si al final del día ya sólo te vuelves y me das la espalda
al ir a dormir.
Si decides no verme, lo entiendo.
Pero no desisto, y ahí es donde te toca entender.
Que aunque deba derramar hasta la última de mis lágrimas,
aue aunque deba agotar hasta la última partícula de sangre en mis venas.
Aunque la piel se me gaste,
y aunque la vida se me agote,
seguiré para ti.
Porque te amo.
los míos: la diferencia de matices,
eso de que un día sí, y al otro no recuerdo.
eso de que una vez quiero, al otro me tormento.
Y entiendo. Sé que con las variaciones se hiela el pensamiento.
Y aún así… ¿Qué puedo hacer?
Sé que con los deslices se desvía el enamoramiento.
¿Cómo hacer para que entiendas,
que decidí que mi vida era contigo,
que resolví que no era por un tiempo.
¿Cómo hacerte cambiar ese descontento?
Y trato. Aunque no lo entiendas trato.
Y entiendo. Aunque lo repita, lo entiendo.
Que si ya no sonríes como antes,
que si ya no me miras de la misma forma
es porque de cierta formas tu piensas: “ya no lo siento”.
No te juzgo. No.
Si al final de la llamada no dices lo mismo que yo.
Si al final del día ya sólo te vuelves y me das la espalda
al ir a dormir.
Si decides no verme, lo entiendo.
Pero no desisto, y ahí es donde te toca entender.
Que aunque deba derramar hasta la última de mis lágrimas,
aue aunque deba agotar hasta la última partícula de sangre en mis venas.
Aunque la piel se me gaste,
y aunque la vida se me agote,
seguiré para ti.
Porque te amo.