Dios siempre me salva la tanda... no sé por qué quiero comenzar este post con esta frase. Solo se me vino a la mente y creo que es verdad. No sé por qué quiero pensar en malas palabras, simplemente quiero. Llevo 3 días de casi literalmente comer mierda. Siempre me descubro a mi misma saliendo adelante, y me asusto. ¿De donde (putas) saco yo la fuerza y el éxito? Solo Dios que siempre me salva de la tanda, que siempre me recuerda que tengo que seguir adelante, o talvez siempre me recuerda que tengo que seguir comiendo mierda. ¿Por qué? Me imagino que para aprender.
Aprender. Qué palabrita más... (después de pensar miles de malas palabras) difícil. Cómo nos cuesta admitir que aprendemos, admitirlo nos quita inmediatamente el derecho de seguirnos equivocando, y eso no nos gusta. A mi no me gusta, odio admitir que logré aprender, odio admitir que salgo adelante, y aborrezco sentir que estoy bien. Es raro, lo sé, pero hoy no quiero sentirme feliz. Mañana si.
Si no es una cosa es la otra. Cuando lo tengo no lo quiero, y si no lo tengo lo anhelo todos los días. ¿A alguien más le ha pasado esto? No quiero sentirme la única que está mal. Aunque suene demasiado (mala palabra) grosero, me reconforta saber que hay gente peor que yo. (Quizás este es el post más sincero de todos). Puedo sonar como la mujer más (mala palabra) desgraciada, pero yo sé que hasta cierto grado usted, lector, también a veces siente eso. No me lea con esa cara, a veces necesitamos saber que hay gente en un hueco más hondo para seguir en el desmadre (o para reflexionar, pero eso casi nunca pasa).
Un día de estos creo que nunca tuve que abrir los ojos, creo que ese día tuve que haberme muerto (inicialmente escribi morido, que imbécil), pero como no me dio la gana tuve un día definitivamente izquierdo. (Y para colmo de males, en este momento acaba de regresar la luz que por cinco minutos se fue, únicamente para que yo perdiera mi paciencia. Que (mala palabra) desgracia. Cuarto día de seguir comiendo mierda). Empecé mi día sintiendo que todas las mujeres del mundo eran más bonitas que yo, y sintiendo que, por más que me bañara, no me iba a quitar la cara de añeja y el mal olor de la amargura que llevaba puesta. Después de iniciar una larga guerra contra mi espejo neoliberal, terminé perdiendo una enorme munición de autoestima y una gran carga de alegría. [Que (mala palabra) desastre, ni siquiera se parece a como lo habia escrito antes de que se me fuera la luz]. Terminé resignándome a mantenerme alejada de mi mortal enemigo, y a creerme todo lo que mi mente me estaba dictando. Terminé siendo feliz apestando a desesperación y soportando una guerra fría contra mi espejo. Perdí la batalla.
Qué productivo es escribir acerca del caos mientras escuchas a Pink Floyd tocar una alegre canción, que recita "she might take it back someday" y creo que tienen razón. Talvez, en algún instante lejano, ella lo podrá recuperar. Talvez recupere todo eso que la hace sentirse bien sin lamentarse por ser feliz. O recupere la seguridad que la hace caminar ondeando su pelo como el mar, o recupere esos luceros luminosos que transmiten paz, talvez recupere su niñez, o su
paz... she might take it back someday...
paz... she might take it back someday...
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