Lo miró. De nuevo, como cuando lo vio por primera vez. No sabía que decir en ese entonces, ahora tampoco; no sabía si mentir, si llorar, si salir corriendo y no verlo nunca más... si decía la verdad las consecuencias podían ser terribles, tal vez nunca más volvería a saber de él, tal vez lo tendría a su lado por el resto de la vida. Y ahora, como en ese entonces que lo vio por primera vez, sentía un hueco enorme en su estómago, sentía que en su interior había un enorme vacío que la consumía entera... ojalá sucediera en verdad, deseaba que se la tragara la tierra para no tener que responder esa pregunta, de nuevo.
-- Pues... primero quiero saber de ti. (¿un poco de información no estaría mal no?).
El sabía que por más que intentara disuadirla, el universo entero conspiraba para que él cayera en la trampa y terminara respondiendo primero. Que astuta, que hermosa... que intacta aún. No podía dejarla de contemplar, como si estuviera viendo una eterna luz que reflejaba sus anhelos, como cuando la vió por primera vez, y deseó tener más vida sólo para vivirla a los pies de ella.
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