-- No tengo remedio ni lo quiero tener. Siempre he creído que la vida es un rompecabezas con las piezas exactas y contadas, y que a veces introducimos algunas a la fuerza sólo porque aparentan calzar, y lo sabemos, sabemos que no. Sabemos cuando tomar las decisiones y sabemos cuáles tomar. Esto de la vida resulta ser un poco de mierda si lo ves de cerca.
He decidido no creer más en la amistad ni el amor. Y también he decidido odiar lo inerte, lo que no avanza, lo que no permanece, lo débil y lo inmejorable. También opté por eliminar todo lo que me permitiera ver hacia atrás, ahí vas incluído tu.
La escuchaba atentamente mientras maldecía todo rastro de esperanza que alguna vez llegó a albergar su corazón. Aunque... ahí quedaba una pequeña lucecita, una piedra en el zapato que le insistía fervorosamente que no la dejara ir, que no podía perder la oportunidad de arrojarle esa antología de perdones que había estado escribiendo desde hacía ya dos años. Se acercaba la hora, lo sabía, lo sentía, lo sufría, cada segundo se clavaba como una aguja en su corazón y en su estómago, los nervios no lo dejaban meditar en lo que ella estaba diciendo, su mente... pero qué vas a hacer..?? Una simple decisión te marcará por el resto de tus días... y tu, ya te decidiste..?? O sigues pensando que no es más para tí? Ya te atreviste a seguir al ritmo de tus sueños y ambiciones? El que no intenta no gana, el que lo intenta fracasa de más... ahora... ahora...
-- ¿Ana?
-- Si, dime...
-- Te Amo.
Qué estupidez había hecho.
He decidido no creer más en la amistad ni el amor. Y también he decidido odiar lo inerte, lo que no avanza, lo que no permanece, lo débil y lo inmejorable. También opté por eliminar todo lo que me permitiera ver hacia atrás, ahí vas incluído tu.
La escuchaba atentamente mientras maldecía todo rastro de esperanza que alguna vez llegó a albergar su corazón. Aunque... ahí quedaba una pequeña lucecita, una piedra en el zapato que le insistía fervorosamente que no la dejara ir, que no podía perder la oportunidad de arrojarle esa antología de perdones que había estado escribiendo desde hacía ya dos años. Se acercaba la hora, lo sabía, lo sentía, lo sufría, cada segundo se clavaba como una aguja en su corazón y en su estómago, los nervios no lo dejaban meditar en lo que ella estaba diciendo, su mente... pero qué vas a hacer..?? Una simple decisión te marcará por el resto de tus días... y tu, ya te decidiste..?? O sigues pensando que no es más para tí? Ya te atreviste a seguir al ritmo de tus sueños y ambiciones? El que no intenta no gana, el que lo intenta fracasa de más... ahora... ahora...
-- ¿Ana?
-- Si, dime...
-- Te Amo.
Qué estupidez había hecho.
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