Esperanza.
Una palabra tan fácil de pronunciar pero tan difícil de entender, y tan difícil de sentir.
Esperanza es lo que me das tú.
Aunque ni siquiera sepa lo que estoy pensando.
Esperanza es lo primero que veo al abrir mis ojos todos los días.
Esperanza... esperanza eres tú.
Son nueve letras, son nueve pasos,
son nueve caminos de felicidad
y nueve intentos por lograr
a pasos agigantados lo que no creías posible de acabar.
Esperanza es lo que me grita todos los días la vida
un nuevo motivo,
un pretexto,
una luz en el camino,
una guía sin contexto.
Nueve escaleras hacia el éxito,
nueve pretextos para seguir viviendo
El primer escalón son tus pies...
tan sublimes, sin revés.
El segundo son tus piernas...
tan perfectamente eternas.
El tercero es tu ombligo...
mi perdición, el lugar donde encuentro abrigo.
El cuarto tu pecho...
el lugar donde todas las noches fabrico mi lecho.
El quinto tu cuello...
tan etéreo, tan bello.
El sexto tus labios...
las frutas jugosas, motivo de engaños.
El séptimo tu respiración
el aliento de tu vida, mi perdición.
El octavo son tus mejillas
esas que se sonrojan cuando tus ojos brillan.
Finalmente, luego del largo recorrido descubrí
que encontré la felicidad en tu mirada
a veces perdida
a veces acabada,
no importa.
Lo que sé es que no importa como me mires,
no puedo ser sin que me mires
no puedo ser sin que me ames
no puedo ser sin verte
no puedo dejar de quererte.
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