Amarte es como llegar al cielo y saber que puedes subir más, a un lugar donde el tiempo no ejerce su función, donde no importa cuando, como, ni por qué, donde no importa el qué dirán y donde puedo navegar en tus ojos, donde lo único que siento es tu piel y lo único que escucho es tu corazón palpitar: fuerte... rápido... lento... Y se oye tu voz en cada parte de mi cuerpo, un lugar donde solo estamos nosotros dos, donde las maravillas del mundo no se comparan con lo maravilloso de tu compañía, donde un beso vale más que una joya...
Tu me transportaste a otro mundo, el de la felicidad con tu compañía perfecta, a un mundo que fue desconocido por mí por mucho tiempo, el saber que estaba con la persona que amo me dio la sensación de que el mundo no se movía, los segundos corrían al ritmo de un abrazo y los minutos al ritmo de un beso. En este mundo todo es perfecto, y no queda más que disfrutarlo, y aferrarse a la vida sin preocupaciones, sabiendo que progresivamente va a ser cada vez mejor. Y sólo queda sentir y reír, y saber que existe un mundo donde sólo existes tú y te mezclas con mi esencia, donde tu voz se convierte en mi sangre y tu mirada en mi corazón, donde tu piel envuelve la mía y tus labios son mi ambición.
La felicidad es el aroma que endulza nuestro entorno, la amistad el lazo más fuerte que envuelve el frágil lazo del amor y lo reconforta, lo fortifica y lo embellece.
Cuando el silencio cubre con su manto triste el lugar, nuestros corazones se susurran palabras hermosas que opacan cualquier sentimiento oscuro. La tristeza acepta su derrota y muere, herida por la espada de la alegría, y la verdadera belleza surge como un flor, reluciente y colorida. Todo esto en nuestro mundo de sonidos armoniosos, donde no hay palabras y aún así el silencio no establece su reinado.
Y la soledad no tiene cabida en ese lugar, que surge imponente ante las desgracias, que asesina los dolores, que hiere la desilusión, que extermina la tristeza, que enajena, que olvida el tiempo, que no exige, que mata el egoísmo, que fortalece la amistad para dar soporte al amor, que nunca olvida, que siempre perdona, que siempre ama... Y la esencia de nuestro amor se mezcla para hacerse una, expresando su más puro sentimiento en forma de presencia, y un mundo amoroso nos abraza y nos refugia...
Nunca creí que iba a sentir esto que siento ahora... El amor es algo tan extraño como nosotros mismos, y actúa de una forma tan misteriosa que es imposible combatirlo, ahora solo sé que quiero estar contigo, y sumergirme en lo más profundo de tu alma y tu corazón, para refugiarme bajo tus brazos y descansar con tus caricias, para sentir tus besos penetrar mi alma y sentir tus hermosos labios rozando mi piel.
Y volar a un mundo donde el amor se traduce en música y donde eternamente estamos juntos, donde no hay preocupaciones y donde nuestros corazones bailan al ritmo armonioso del amor... donde el único sonido es un susurro de amor progresivo armonizando bajo la melodía de nuestras miradas.
Tus ojos... esos hermosos ojos negros que destilan una chispa de luz de luna, me hacen recordar el firmamento adornado de estrellas. Tu mirada me hechiza y me hace trasladarme al fondo de tu corazón y poder observar el reflejo de tu alma.
Tus labios... mi ambición, motivo de desvelos y ansias, promotor de sufrimientos y pasiones, los culpables de que mis labios se quemen de ganas por rozarlos. Esos labios me hacen recordar la fruta más jugosa, y cuando la pruebas chorrea la miel y la dulzura, y me inspira a quererlos cerca de mi boca siempre.
Tus manos... mi apoyo, mi sostén y mi armonía, dos pilares que son siempre fuertes, pero que también son capaces de demostrar ternura. Me hacen recordar los árboles, que dan paz y seguridad, siempre firmes y rígidos, pero capaces de brindar protección y amparo a todo aquel que se resguarde bajo su sombra.
Tus brazos, tu voz, tu corazón, cada parte de ti me da alegría, y no puedo recordarte sino como ese hombre que se atrevió a amar, que regaló felicidad, que le sonrió a los sentimientos, que compartió su amor... te recuerdo como aquel que entró a mis pensamientos y ahí para siempre quedó...
